Invocación al Espíritu Santo

 

¡Espíritu Santo!
Por intercesión de la Reina de Pentecostés:
Sana mi mente de la irreflexión,
ignorancia, los olvidos, los prejuicios, los errores
y engendra en todo mi ser la sabiduría,

Jesucristo Verdad.


Sana mi corazón de la indiferencia,
la desconfianza, las malas inclinaciones,
las pasiones, los sentimentalismos
y engendra en mí los gustos, los sentimientos,
las inclinaciones de Jesús Vida.


Sana mi voluntad de la pereza, la ligereza,
la inconstancia, la desidia,
la obstinación, los malos hábitos
y engendra en mí a Jesucristo Camino;
el amor nuevo a todo lo que Jesucristo
ama y al mismo Jesucristo.


Eleva sobrenaturalmente:
la inteligencia con el don de entendimiento;
mi saber, con el don de sabiduría;
el conocimiento, con el don de ciencia;
la prudencia, con el don de consejo;
la justicia, con el don de piedad;
la fortaleza, con el don de fortaleza espiritual;
la templanza, con el temor de Dios.
Amén.
 

 

Domingo 20 de junio

“La cura de almas es el arte de las artes”
 

Invocación al Espíritu Santo

 

A la escucha

 

Del Evangelio según San Juan

Después de haber comido, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón de Juan, ¿me amas más que éstos? Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero» Le dice Jesús: «Apacienta mis corderos» Vuelve a decirle por segunda vez: «Simón de Juan, ¿me amas? Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero» Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas». Le dice por tercera vez:  «Simón de Juan, ¿me quieres?» Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: «¿Me quieres?» y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo: tú sabes que te quiero» Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas».

En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías, e ibas adonde querías; pero cuando llegues a viejo, extenderás tus manos y otro te ceñirá y te llevará a donde tú no quieras” Con esto indicaba la clase de muerte con que iba a glorificar a Dios. Dicho esto añadió: «Sígueme».

(21, 15-19)

 

De la predicación del Beato Santiago Alberione

Tantas veces Jesús ha querido estar bajo la figura de un pastor, sí y, después cuando nombro a Pedro como jefe de la Iglesia, le dijo: «Apacienta mis ovejas» (Jn. 21,17b); «Apacienta mis corderos» (Jn. 21,15b). Esto es, «apacienta» significa: se el buen pastor de las ovejas que representan los obispos en la Iglesia, y de los corderos, que son aquellos que representan los fieles en la Iglesia de Jesús. A Jesús le gusta mucho este título. El pastor nutre las ovejas y Jesús da el Pan eucarístico, se da a sí mismo como alimento. ¡Se da a sí mismo como alimento! ¿Qué alimento es más precioso? ¡El Hijo de Dios encarnado! […]

Jesús ha dado su vida. ¡Nuestro Pastor, Pastor eterno: la vida por nosotros! ¡Cómo nos ama! Dilexit me et tradidit semetipsum pro me (Gal. 2,20), nos ha amado y se ha ofrecido, se ha inmolado, por nosotros. Sí. Entonces, esta devoción sentirla particularmente durante esta novena y pedirle a María la gracia de entender el corazón del Buen Pastor, entender sus deseos. «Vengan a mí todos» (Mt. 11,28), que todos los hombres vayan a él (pedir) poder conocer siempre mejor a este Divino Pastor; conocerlo siempre más en lo que Jesús quiere, en lo que hace por  nosotros y seguirlo, imitarlo.

(AAP 1959, 25-27)

 

De la Palabra de los Padres de la Iglesia

Si te sientas a comer con poderoso, mira bien lo que te ponen delante; pon un freno a tu voracidad; sabiendo que deberás devolver (Pr 23, 1-2, LXX). Ustedes saben cuál es la mesa del Potente; sobre aquella mesa está el cuerpo y la sangre de Cristo; quien se acerca a tal mesa, se prepare a corresponder el don que recibe; es decir, como Cristo ha ofrecido su vida por nosotros, nosotros debemos hacer otro tanto: para edificar el pueblo y confirmar la fe debemos ofrecerle nuestras vidas por los hermanos. Así a Pedro, de quien quería hacer un  buen pastor, no para ventaja suya sino de su cuerpo, el Señor dice: ¿Pedro me amas? Apacienta mis ovejas. Y esta pregunta se la hace una, dos, tres veces, hasta entristecerlo. Y después de haberlo interrogado cuantas veces consideró oportunas, para que su triple confesión rescatara su triple negación, y después de haberle por tres veces confiado sus ovejas para apacentar, el Señor le dice: Cuando eras joven tú mismo te ceñías e ibas a donde querías, pero cuando llegues a viejo, extenderás tus manos y otro te ceñirá y te llevará a donde tú no quieras. El evangelista explica lo que el Señor había querido decir: Con esto indicaba la clase de muerte con que iba a glorificar a Dios. El mandato apacienta mis ovejas, no significa otra cosa sino esto: Ofrece tu vida por mis ovejas.

(Agustín, Tratado sobre Juan 46, 8)

 

 

Oremos juntas: A la Santísima Trinidad

¡Trinidad divina! Padre, Hijo y Espíritu Santo,

presente y operante en la Iglesia y en la intimidad de mi ser,

te adoro, te amo y te doy gracias.

Y por intercesión de María Santísima, mi Madre,

te ofrezco, te dono y te consagro todo mi ser en esta vida y para la eternidad.

A ti, Padre celestial, me ofrezco, me dono y me consagro como hijo tuyo.

A ti, Jesús Maestro, me ofrezco, me dono y me consagro como hermano y discípulo tuyo.

A ti, Espíritu Santo, me ofrezco, me dono y me consagro como “templo vivo”

para ser consagrado y santificado.

María, Madre de la Iglesia y Madre mía, tu que estás con la Trinidad divina, enséñame a vivir, por medio de la liturgia y de los sacramentos, en unión cada vez más íntima con las tres divinas Personas, a fin de que toda mi vida sea siempre un “gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo”.      

Amén

 
 

Sábado 19 de junio

“Siempre adelante, siempre mejor”
 

Invocación al Espíritu Santo

 

A la escucha

 

De la Carta de San Pablo a los Filipenses

Yo, hermanos, no creo haberlo alcanzado todavía. Pero una cosa hago: olvido lo que deje atrás y me lanzo a lo que está por delante, corriendo hasta la meta, para alcanzar el premio a que Dios me llama desde lo alto en Cristo Jesús. Así pues, todos los perfectos tengamos estos sentimientos, y si en algo sentís de otra manera, también eso os lo declarará Dios. Por lo demás desde el punto a donde hayamos llegado, sigamos adelante.

(3, 13-16)

 

De la predicación del Beato Santiago Alberione

Las Pastorcitas son:

1. Almas que han penetrado la doctrina de Jesús, que han conquistado la caridad de Jesús, que viven unidas a Jesús y todas solo a Jesús.

2. Que después se dividen en pequeños grupos, que se establecen en una parroquia, donde consideran las almas como propias por adopción; a ellas se sienten unidas por la vida, por la muerte, por la eternidad, en una única aspiración de salvarlas a todas; y colaboran en cuanto al apostolado con el párroco en el instruir y custodiar; en el destruir el mal y poner el bien; en el convertir y santificar; llevar a la vida cristiana y a la buena muerte; comenzando por los niños, jovencitas, mujeres, ... con el programa del párroco y del amor; morir cada día para salvar cada día; sin contentarse de la buena muerte, sino sufragando todavía por los que ya han pasado. Ellas serán las hermanas, las madres, las maestras, las catequistas, las consoladoras de cada dolor, un rayo de luz y de sol benéfico y continuo en la parroquia

(Alberione, Doc. 271 en Archivo Histórico General de las SJBP)

 

De la Palabra de los Padres de la Iglesia

Ciertamente todos somos débiles, lo admito, pero el Señor Dios pone a nuestra disposición tales medios, que si queremos, podemos hacer mucho. Sin ellos no será posible tener fe en el empeño de la propia vocación. […]

¿Tienes el mandato de predicar y de enseñar? Estudia y  dedícate a las que son necesarias para realizar este encargo. Da buen ejemplo y trata de ser el primero en todo. Primero que todo con la vida y la santidad, para que no suceda que estando tu conducta en contradicción con tu predicación tú pierdas toda credibilidad. ¿Ejerces el cuidado de almas? No descuides por esto el cuidado de ti mismo y no te des a los otros hasta el punto que no quede nada de ti mismo. Debes tener presente el recuerdo de las almas de las cuales eres pastor, pero no te olvides de ti mismo, no te olvides de ti mismo.

Comprendan, hermanos, que nada es tan necesario a todas las personas eclesiásticas cuanto la meditación que precede, acompaña y sigue todas nuestras acciones: Cantaré, dice el profeta, y meditaré. Si administras los sacramentos, oh hermano, medita aquello que haces. Si celebras la misa medita lo que ofreces. Si recitas los salmos en coro medita a quien y de qué hablas. Si guías las almas medita con cuál sangre han sido lavadas; y «todo se haga entre vosotros en la caridad». Así podremos superar fácilmente las dificultades que encontramos, y son innumerables, cada día. Por lo demás todo es pedido por la tarea que nos fue confiada. Si hacemos así tendremos la fuerza, tendremos la fuerza para generar a Cristo en nosotros y en los otros.

(Carlos Borromeo, Discurso en el último Sínodo 1177)

 

 

Oremos juntas: Coronita a María Madre del Buen Pastor

 

1. María, Madre de Dios, todas las generaciones cantan tus glorias porque el Señor hizo en ti maravillas. Tú eres la Virgen, la llena de gracia, la Madre del Buen Pastor. Tú lo formaste, lo amaste, lo escuchaste, lo seguiste y lo contemplaste moribundo por nosotros en la cruz. De Él y de ti nos viene todo: la Iglesia, el Evangelio, los sacramentos, la vida consagrada y la vida eterna. Tú eres la alegría de la Iglesia del cielo; la esperanza y el refugio de la Iglesia peregrina. También yo quiero ser tuyo, como Jesús. Te ofrezco cuanto soy y cuanto tengo: ilumíname, hazme dócil y fiel.

María, Madre del buen Pastor, ruega por nosotros

 

2. María, Madre del Buen Pastor y Madre mía, te contemplo dolorosa en el Calvario. Allí tu Hijo dio la vida por las ovejas, allí puso en tus manos su rebaño y te encomendó los pastores de la Iglesia. Tu corazón se abrió para acoger a todos los fieles y sacerdotes. Apoyaste a la Iglesia naciente, la hiciste crecer con la oración y la palabra, y la fortificaste con tus ejemplos. Siempre has asistido al Pueblo de Dios: por ti se conservó pura la fe, florecieron los santos y fueron destruidas las fuerzas del mal. Madre de la Iglesia, haz que seamos hijos cada vez más dóciles, fieles y fuertes. Ruega con tu poderosa intercesión para que haya un solo rebaño y un solo Pastor. Conforta al Papa, inspira a los maestros de la fe y guía a todos los responsables de la pastoral.

María, Madre del buen Pastor, ruega por nosotros

 

3. María, Madre del Buen Pastor, aquí tienes una oveja de tu rebaño y de Jesús. Soy una oveja descarriada: sálvame, refugio de los pecadores. Busco el camino del cielo: ilumíname, Madre del Buen Consejo. Soy débil, llévame en tus brazos, Virgen poderosa. Soy una oveja asechada por los lobos: defiéndeme, Madre del Salvador. Sana mis heridas. Aliméntame con el fruto de tu vientre, Jesús Eucaristía. Soy una oveja que ama a Jesús Buen Pastor y a ti buena Pastora: haz que los ame cada vez más. No permitas que me separe de ustedes. A la hora de mi muerte acójanme y únanme a las ovejas que fueron dóciles y fieles.

María, Madre del buen Pastor, ruega por nosotros

 

4. Madre del Buen Pastor, haz que aumente el número de consagrados; que sean luz del mundo, auténticos maestros de oración e intercesores ante Dios. Que con el sacrificio, la oración y las actividades apostólicas y caritativas, sean sal de la tierra, apoyo de los pobres, guía para los hermanos. Que sean constantes en la vivencia de los votos y en el progreso diario. Madre de los santos y Reina de los consagrados, ruega por nosotros para que alcancemos la santidad y seamos un día tu gozo en el cielo.

María, Madre del buen Pastor, ruega por nosotros

 

5. Madre del Buen Pastor y Pastora nuestra, ten compasión de tus hijos dispersos, de los andan todavía como ovejas sin pastor. Salva a los inocentes, convierte a los pecadores, da fuerza a los débiles, conforta a los atribulados, asiste a los agonizantes, forma muchos santos y danos buenos apóstoles y pastores. Tú sabes, Madre, que caminamos en medio de muchas dificultades, que estamos hechos de frágil arcilla. Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos. Sólo tú eres la esperanza de la humanidad. Condúcela a Jesús Camino, Verdad y Vida, al Pastor eterno de todos los hombres, a la alegría del cielo.

María, Madre del buen Pastor, ruega por nosotros

 
 

Viernes 18 de junio

A la escucha de los deseos de Dios

para el cuidado de la humanidad de hoy
 

Invocación al Espíritu Santo

 

A la escucha

 

Del Evangelio según San Mateo

Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres.

Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte. Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa. Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

(5, 13-16)

 

De la predicación del Beato Santiago Alberione

Oh, las Pastorcitas, si tienen buen espíritu, forman la sal de la tierra y la luz del mundo en aquellas parroquias, y pueden esparcir el perfume de Jesucristo con su ejemplo, su oración, su actividad, sus iniciativas. Prepararse bien a la bellísima vocación, (prepararse) a realizarla bien. Pero, vean, se necesita que esta preparación sea profunda: una profunda fe, un profundo amor de Dios, amor de las almas […]

Considerar vuestro apostolado un servicio a las almas. Un servicio a las almas, porque Jesús bien lo dijo: «No he venido para ser servido, sino para servir» No entremos a las poblaciones, en las parroquias para ser servidos, sino para servir, para servir las almas en sus necesidades espirituales y también algunas veces en sus necesidades materiales.

(AAP 1958, 26-27.42)

 

De la Palabra de los Padres de la Iglesia

Ustedes son la sal de la tierra, hace entender que la sustancia de los hombres se ha vuelto insípida y corrupta por los pecados. Por esto él exige sobre todo de sus apóstoles aquellas virtudes necesarias y útiles para convertir a muchos. Cuando un hombre es manso, humilde, misericordioso y justo, no deja encerradas en sí virtudes semejantes, sino que permite que estas fuentes excelentes, que brotan de su alma se difundan a favor de los demás hombres. Además quien tiene el corazón puro, quien es pacífico, quien sufre persecuciones a causa de la verdad, expone su vida por el bien de todos.

(Juan Crisóstomo, Comentario al Evangelio de Mateo, 15, 7)

 

Oremos juntas: Tercera parte de la Coronita a Jesús Buen Pastor

Bendito seas, Jesús, muerto por nosotros en la cruz.

El inocente ha muerto para devolver la vida a las ovejas culpables:

“He venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”.

Nos has dado tu vida en el Bautismo,

en la Confirmación, en la Penitencia, en la Eucaristía.

¡Vive en todos los hombres con tu Espíritu!

Conduce a tu rebaño a cuantos viven separados de ti

como sarmientos desgajados de la vid.

Te rogamos por la Iglesia conquistada con tu sangre:

que se dilate por todo el mundo

y sea para todos signo de unidad y de salvación.

Queremos amarte con toda la mente, con todas las fuerzas,

con todo el corazón.

Por tu amor me entrego totalmente por tu pueblo.

 

Jesús Buen Pastor Camino, Verdad y Vida, ten piedad de nosotros.

 
 

Jueves 17 de junio

La belleza y la riqueza expresiva de nuestro apostolado
 

Invocación al Espíritu Santo

 

A la escucha

 

Del Evangelio según San Juan

Yo soy el Buen Pastor. El Buen Pastor da su vida por las ovejas. Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa, porque es asalariado y no le importan nada las ovejas. Yo soy el Buen Pastor y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mi, como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy la vida por las ovejas. También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir, y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo Pastor. Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo.

(10,11-18)

 

De la predicación del Beato Santiago Alberione

... La vocación es bella, ¿por qué motivo? Primero que todo porque es la misma vocación, la misma misión de Jesús. […] ¡El Hijo de Dios ha tomado la forma de Buen Pastor para los hombres, por la salud y la salvación de ellos! Es a esto que las ha mandado el Señor, ¡he aquí la bella llamada! […] Segundo: vuestra vocación es bella, bellísima, porque precisamente es una llamada a trabajar por las almas, sobre las almas, con las almas, por las almas, a gastar la vida como la ha gastado Jesús: ¡por las almas! Hay hermanas que están en la escuela, bien; hay hermanas que trabajan en las clínicas, en los hospitales, eso es bueno; hay hermanas que se dan en las obras sociales, es bueno esto también. Y ahora hay bastantes hermanas que estudian medicina para trabajar sobre los cuerpos.

Pero vuestro trabajo –digámoslo así- vuestra materia de trabajo no es una cosa humana, no es una cosa de la tierra, no es una cosa corporal. No comunican solamente una ciencia como aritmética o geografía. Vuestra materia de trabajo, - tomemos «materia» en un sentido distinto del común- son las almas.¡Las almas! ¡Que diferencia el trabajar sobre una materia que son los cuerpos! Y el alimento que ustedes dan en primer lugar es un alimento espiritual, es decir el que nutre la mente, es la verdad, la verdad. La instrucción catequética, la verdad que salva, es la que tienen que dar, sí.

(AAP 1958, 155-156)

 

De la Palabra de los Padres de la Iglesia

Ten presentes cuáles son las características del pastor. ¿Cuáles son? Quien entra por la puerta es el pastor de las ovejas; el guardián le abre y las ovejas escuchan su voz; él llama a las suyas por nombre y las conduce fuera y camina delante de ellas (…) Sí, por lo tanto, es precisamente el pastor que entra por la puerta establecida y él ha entrado por ella, todos aquellos que lo siguen pueden ser sus ovejas; pero aquellos que si se hubieran puesto aparte  no habría perjudicado haciendo así, el pastor, sino que se hubieran excluido por sí mismos de la compañía de las otras ovejas.

Ninguno se turbe si él mismo dice de sí de ser la puerta. Él de hecho, cada tanto, se da el nombre de pastor o de oveja, y anuncia en varias formas su mensaje de salvación. Cuando nos conduce al Padre se llama a sí mismo puerta; cuando cuida de nosotros, el nombre de pastor. Para que tu no creas que su tarea es solo ser nuestro guía, se llama a sí mismo también pastor.

(Juan Crisóstomo, Comentario al Evangelio de Juan. Discurso 59, 2-4)

 

 

Oremos juntas: Primera parte de la Coronita a Jesús Buen Pastor

Te adoramos, Jesús,

Pastor eterno de la humanidad.

Tú estás presente en la Eucaristía

para vivir constantemente en medio de tu rebaño.

Tú lo alimentas, lo proteges, lo guías hacia el rebaño celestial.

No vivimos de pan solamente, sino de tu doctrina de verdad y de amor.

Tus ovejas escuchan tu voz y la siguen amorosamente.

Ten piedad de aquellos que vagan como rebaño sin pastor

en las tinieblas del error y de la ignorancia.

Atráelos a tu verdad. Multiplica los evangelizadores,

los catequistas y los apóstoles de la comunicación social.

Danos la gracia de escuchar y amar tu Palabra

para que produzca fruto en nuestros corazones.

Habla, Señor que tu siervo escucha.

 

Jesús Buen Pastor, Camino, Verdad y Vida, ten piedad de nosotros.

 
 

Miércoles 16 de junio

“Toda la Familia Paulina está orientada a la pastoral”
 

Invocación al Espíritu Santo

 

A la escucha

 

Del Evangelio según San Juan

Le dice Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mi. Si me conocéis a mí, conocerás también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto».

(14,6-7)

 

De la predicación del Beato Santiago Alberione

[…] Las Hermanas Pastorcitas vivan como Jesús Buen Pastor no solo en su santidad, sino también en su espíritu pastoral […] Pero, además de este trabajo que tiene que ver con el espíritu, se añade también en su espíritu pastoral. Es decir, imitar a Jesús, vivir y sentir el espíritu pastoral de Jesús.

El espíritu pastoral. Hoy se habla mucho del espíritu pastoral y desde hace un tiempo se ha despertado este espíritu pastoral. Del 1910-11 (ustedes no han visto estos años), se ha comenzado el trabajo pastoral, los escritos pastorales y los libros pastorales. Esto ha sido iniciado en la Pía Sociedad San Pablo, teniendo esta orientación: que todo lo que tiene que ver con la prensa, lo que tiene que ver con el cine, lo que tiene que ver con los discos, todo debe ser inspirado al apostolado pastoral, porque toda la Familia Paulina está orientada a la pastoral. Pero ustedes representan en esto la mejor parte. Así es, ésta vuestra familia que se une a las otras.

(AAP 1965, 92-94)

  

De la Palabra de los Padres de la Iglesia

Nosotros que estamos enfermos, tenemos necesidad del salvador: perdidos, tenemos necesidad de su guía; ciegos, que él, que nos lleve a la luz; sedientos, tenemos necesidad de la fuente de la vida, de la cual quien bebe no tendrá sed jamás; muertos, tenemos necesidad de la vida; ovejas del pastor; niños, del pedagogo; en resumen, toda nuestra naturaleza humana tiene necesidad de Jesús. Si se quiere, se puede aprender la suma sabiduría que nos enseña el santísimo Pastor y Maestro, el Omnipotente, Verbo del Padre, cuando sirviéndose de la alegoría se proclama pastor de las ovejas. Y también pedagogo de los niños; de hecho, dirigiéndose a los pastores de Israel, describe su justa y saludable solicitud por boca de Ezequiel: curaré a la herida, confortaré a la enferma, tornaré a la descarriada, las pastorearé por los montes de Israel. He aquí las promesas del Buen Pastor. Por lo tanto apaciéntanos a nosotros, niños como ovejas. Sí, o Señor nútrenos con los pastos de la justicia. Oh Maestro, apacienta tus ovejas sobre tu monte santo.

(Clemente Alejandrino, Tratado el Pedagogo 9, 83)

 

 

Oremos juntas: Pacto

Jesús, Señor,

acepta el pacto que te proponemos

por manos de María Santísima, Madre del Buen Pastor,

y de los santos apóstoles Pedro y Pablo.

Nosotras tenemos que corresponder a tu altísima voluntad,

alcanzar el grado de perfección y gloria celestial a que nos has destinado

y ejercer santamente el apostolado pastoral.

Pero somos muy débiles, ignorantes, incapaces, insuficientes en todo:

en el espíritu, en la ciencia, en el apostolado, en la pobreza.

Tu, en cambio, eres el Camino, la Verdad y la Vida, la Resurrección,

nuestro único y sumo Bien.

Ponemos nuestra confianza solo en ti que has dicho:

“Cualquier cosa que pidan al Padre en mi nombre, se la concederá”.

Por nuestra parte, prometemos y nos obligamos

a buscar en todo y de todo corazón,

en la vida y en el apostolado, solo y siempre tu gloria y la paz de los hombres.

Y contamos que por parte tuya nos darás: espíritu bueno, gracia,

ciencia y medios para hacer el bien.

Multiplica según tu inmensa bondad

y las exigencias de nuestra vocación especial,

los frutos de nuestra labor espiritual, de nuestro estudio,

de nuestro apostolado y de nuestra pobreza.

No desconfiamos de ti, sino que tememos por nuestra inconstancia y debilidad.

Dígnate, pues, Pastor bueno,

por la intercesión de nuestra Madre María,

tener para con nosotras la misericordia,

que tuviste con los apóstoles Pedro y Pablo,

a fin de que, fieles en imitar a éstos nuestros padres en la tierra,

logremos compartir con ellos la gloria del cielo.

Amen.

 
 

Martes 15 de junio

El amor de Cristo nos impulsa

a cuidar la humanidad de todos los tiempos

 

Invocación al Espíritu Santo

 

A la escucha

 

Del Evangelio según San Marcos

Por último, estando a la mesa los once discípulos, se les apareció y les echó en cara su incredulidad y su dureza de corazón, por no haber creído a quienes le habían visto resucitado.

Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará».

(16, 14-16)

 

De la predicación del Beato Santiago Alberione

El alma siempre en tensión. No es posible estar quietos. ¡No! Hay un camino sobre el cual andar. En todo, también en la vida cotidiana, el saber compartir con el otro, ayudar, estar siempre en competencia, ser los primeros en hacer el bien, etc. Y después el estudio […]  Debemos acompañar siempre los tiempos, no nos podemos detener. Detenerse, nunca. Así en el espíritu, y así en los apostolados y en la vida social hoy, sí.

De lo contrario la gente va adelante,  es siempre más instruida, continuamente hay progreso en las varias cosas. Pero si nosotros no nos movemos, no acompañamos a esta humanidad. Estaremos atrás. Y, ¿a quién predicaremos, a quién enseñaremos, a quién ayudaremos? La gente va  adelante, y nosotros nos detenemos; y entonces, no somos útiles a la vida, a la Iglesia, a la humanidad. Somos útiles cuando progresamos. Así es. Oh, en cuanto progresamos, sí. Por lo tanto,  caminar continuamente.

(AAP 1965, 252-253)

 

De la Palabra de los Padres de la Iglesia

«Fundirás para ella cuatro anillas de oro, que pondrás en sus cuatro pies, dos anillas a un costado, y dos anillas al otro. Harás también varales de madera de acacia, para transportarla, y los pasarás por las anillas de los costados del arca, y no se sacarán de allí. Los varales deben quedar en las anillas del arca, que revestirás de oro.» (Ex 25,12-15 […] Es necesario que quien ejercita el ministerio de la predicación no abandone nunca el estudio de la divina Palabra. Los varales deben estar siempre en las anillas para evitar demoras cuando se presenta la necesidad de transportar el arca, y esto significa que sería ignominioso para el pastor de almas, cuando es interrogado por sus súbditos con respecto a cuestiones espirituales, ir solo en ese momento a buscar la ciencia necesaria, en la urgencia de encontrar una respuesta. Los varales estén en cambio en las anillas, como los maestros, meditando continuamente en sus corazones la divina palabra, están en grado de transportar sin demora el arca del Testamento, es decir se sientan capaces de iluminar las mentes de sus súbditos, cuando las circunstancias lo exijan.

(Gregorio Magno, Regla pastoral 2,11)

 

 

Oremos juntas: Oración a Jesús Buen Pastor

Jesús Buen Pastor, Camino, Verdad y Vida,

vuelve tu mirada misericordiosa sobre estas ovejas.

Ilumínanos con la sabiduría de tu Evangelio,

fortifícanos con tus ejemplos, aliméntanos con la Eucaristía.

Enciende en nosotros el celo por la gloria de Dios y la salvación de los hombres.

Deseamos reparar las ofensas

que se te hacen en la persona de los pastores de la Iglesia

con la docilidad y cooperación a sus enseñanzas y a su celo,

con la oración y con las obras de nuestra vocación.

Envía, Jesús Pastor,

tu Espíritu para que aumente en nosotros la fe, la esperanza y la caridad.

Que nos infunda el verdadero espíritu religioso,

nos conceda la sencillez, la prudencia, la fortaleza,

la templanza de los apóstoles Pedro y Pablo.

María, Madre del Buen Pastor,

pon tu santa mano sobre nuestra cabeza

para que podamos imitarte en la vida espiritual y apostólica

y alcanzar la gloria eterna en el cielo. Amén.

 
 

Lunes 14 de junio

Pastores que amaron a Cristo y a su pueblo hasta dar la vida

 

Invocación al Espíritu Santo

 

A la escucha

 

De los Hechos de los Apóstoles

Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual os ha puesto el Espíritu Santo, como vigilantes para pastorear la Iglesia de Dios, que él se adquirió con la sangre de su propio hijo.

(20, 28)

 

De las Predicaciones del Beato Santiago Alberione

En este día, consagrado a la memoria de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, consideremos nuestro apostolado y las condiciones necesarias para ser verdaderos apóstoles en las obras parroquiales. […]

Pedro y Pablo sufrieron muchísimo por su fe y los dos esparcieron su sangre por Jesús. […]

Estos dos santos son inseparables, son los dos más grandes Apóstoles, los Pastores que amaron las almas hasta el heroísmo, por ellas dieron la vida, derramaron su sangre.

¡Aquí está trazada la vida de la Pastorcita! Un amor al sacrificio que se concreta en la vida. No el martirio de sangre, sino el martirio cotidiano en el deber realizado bien, en los sacrificios de cada día, en la dedicación a las obras con recta intención por amor a Jesús Buen Pastor.

¿Cuánto bien harán en las almas, en las parroquias? ¿Cuánto será abundante vuestro apostolado? Harán tanto bien cuanto más profundo y amplio sea el trabajo sobre vuestra alma, cuánta más vida interior haya en ustedes […]   Vuestra vocación más grande es la de formar las almas. Vuestra vocación es bellísima, pero requiere una preparación adecuada. Las obras son más bellas, cuánto estén más dirigidas a trabajar sobre las almas. El trabajo sobre las almas es el trabajo de Dios. Es el trabajo de Jesús Buen Pastor, que ha venido a esta tierra por las almas.

(PrP I 1955, pp. 20-23)

 

De la Palabra de los Padres de la Iglesia

«Preciosa a los ojos del Señor es la muerte de sus fieles» y ningún género de crueldad puede destruir  una religión, que se funda sobre el misterio de la cruz de Cristo. La Iglesia de hecho no disminuye con las persecuciones, al contrario se desarrolla, y el campo del Señor se enriquece de una mies más abundante, cuando los granos de trigo, caídos uno a uno, vuelven a nacer multiplicados. De la semilla divina nacieron nuestros extraordinarios retoños, Pedro y Pablo. De ellos se ha desarrollado una descendencia innumerable, como demuestran los millares de santos mártires, que animados por el triunfo de los apóstoles, han suscitado alrededor de nuestra ciudad un multitud de pueblos, revestidos de púrpura y resplandecientes por todas partes de luz espléndida, y han coronado a la Iglesia de Roma de una única corona adornada de muchos y magníficos brotes. De todos los santos nosotros celebramos con alegría la fiesta. De hecho son un don de Dios, una ayuda a nuestra debilidad, un ejemplo de virtud y sostén para nuestra fe.

Ellos son casi, los dos ojos de aquella cabeza que es Cristo. En sus méritos y en sus virtudes, ellos superan toda capacidad de expresión, no debemos ver ninguna diferencia, ninguna distinción, porque la elección los ha hecho iguales, el trabajo apostólico los ha hecho parecidos y la muerte los ha unido en la misma suerte.

(León Magno, Dicurso 82, 6-7)

 

 

Oremos juntas: Coronita a los Santos Apóstoles Pedro y Pablo

1. Te bendigo, Jesús Buen Pastor, porque en Pedro y en Pablo has creado los supremos pastores de la Iglesia y, por su ministerio, has salvado a innumerables hermanos. Y ustedes, santos apóstoles, intercedan por mi para que alcance el don de la conversión y un amor más grande a mi vocación.

Santos Apóstoles Pedro y Pablo, rueguen por nosotros y por la Iglesia de Jesucristo.

 

2. Te bendigo, Jesús Buen Pastor, porque en Pedro y en Pablo has infundido un gran amor a Dios y a los hombres. Y ustedes, santos apóstoles, obténganme de Jesús y de María un corazón puro y la gracia de consagrar al Señor todas mis energías.

Santos Apóstoles Pedro y Pablo....

 

3. Te bendigo, Jesús Buen Pastor, porque has elegido a los santos Pedro y Pablo para predicar y testimoniar la pobreza. Y ustedes, santos protectores, consíganme de Jesús y de María el amor a la pobreza para que pueda heredar los bienes del cielo.

Santos Apóstoles Pedro y Pablo...

 

4. Te bendigo, Jesús Buen Pastor, porque apacientas y conduces a tu pueblo por medio de tus representantes. Y ustedes, santos apóstoles Pedro y Pablo, alcáncenme el espíritu de obediencia, con la certeza de que por ella alcanzaré la salvación.

Santos Apóstoles Pedro y Pablo...

 

5. Te bendigo, Jesús Buen Pastor, porque has coronado la vida de los santos apóstoles con un glorioso martirio. Y ustedes, santos  protectores, obténganme la gracia de realizar el apostolado de la oración, del buen ejemplo, del sufrimiento y de la acción pastoral, y de alcanzar el premio preparado a los auténticos apóstoles.

Santos Apóstoles Pedro y Pablo...

 
 

Domingo 13 de junio

La multiforme riqueza de la cura pastoral

 

Invocación al Espíritu Santo

 

A la escucha

 

De la Segunda Carta de San Pablo a Timoteo

Tu en cambio, persevera en lo que aprendiste y en lo que creíste, teniendo presente de quiénes lo aprendiste, y que desde niño conoces las Sagradas Letras, que pueden darte la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús.

(3,14-15)

 

De la Predicación del Beato Santiago Alberione

La vida de la Pastorcita  se debe abismar en Jesús Buen Pastor hasta inmolarse, después hasta subir al cielo, hasta subir al cielo. Allí el Pastorcito divino rodeado de sus ovejas; la Hermana Pastorcita ha realizado una misión parecida a la Jesús Buen Pastor […]

¡Oh, la belleza de vuestro estado, de vuestra misión! Otros se ocupan de las escuelas; ¡bien! Otras hermanas cuidan los cuerpos en los hospitales; hay hermanas ocupadas en tantas cosas; ustedes cuidan las almas y son llamadas para el trabajo parroquial, tanto que no pueden asumir establemente colegios o escuelas, excepto en caso de que sean obras parroquiales. Por las almas: cuando la obra está dirigida a las almas y cuando el hacer una obra significa cooperar con los ministros de Dios, los pastores de almas.

¡Toda la vida espiritual es vuestra misión! Y como es toda espiritual, algunas veces es menos apreciada en algunas regiones, en ciertos países, pero bien apreciada por Dios.

(AAP 1957, 163.169.170)

 

De la Palabra de los Padres de la Iglesia

El pastor debe ser cercano por la compasión con cada uno y destacado sobre todos en la contemplación, para que por sus entrañas de piedad asuma las debilidades de los demás y, a un tiempo, por la misma altura de su contemplación, penetre los bienes invisibles apeteciéndolos. De modo que ni por apetecer los bienes eternos desprecie las debilidades de sus prójimos, ni uniéndose a estas debilidades lo haga de tal forma, que abandone el deseo de los bienes supremos.

La caridad, de hecho, alcanza de verdad las alturas cuando se acerca con benevolencia a los trabajos del prójimo, y cuanto más desciende con amor hacia las cosas humildes, tanto más alcanza con fuerza las sublimes.

Los pastores, deben presentarse ante los fieles de tal forma que éstos no se avergüencen de muéstrales sus secretos; con el fin de que los pequeñuelos, cuando sufren las sacudidas de las tentaciones, puedan recurrir a la mente del pastor como al seno de su madre, y el pastor pueda además lavar, con el consuelo de su palabra y con las lágrimas de su oración, aquello que les haya manchado por los sucios impulsos del pecado.

(Gregorio Magno, Regla pastoral II,5)

 

 

Oremos juntas: Segunda parte de la Coronita a Jesús Buen Pastor

Te damos gracias, Jesús Buen Pastor,

bajado del cielo para buscar al género humano

y llevarlo al camino de la salvación.

En ti se cumplió la promesa:

“Suscitaré de en medio de las ovejas dispersas

un Pastor que las recoja y alimente”.

El Pastor va delante del rebaño

y las ovejas lo siguen porque conocen su voz.

Diste tus mandatos, tus consejos, tus ejemplos.

Quien los escucha se alimenta con el pan que no perece:

“Mi alimento es la voluntad del Padre que me envió”.

Ten Piedad de todos aquellos que se alimentan de la mentira y de la vanidad.

Conduce a tus camino a los pecadores, sostén a los vacilantes,

fortifica a los débiles. Que todos te sigan, Pastor y Guardián de nuestras vidas.

Tú solo eres el Camino, tú tienes Palabras de vida eterna.

Te seguiré a donde tú quieras.

 

Oh, Jesús Pastor Buen Pastor Camino, Verdad y Vida, ten piedad de nosotros.

 
 

Sábado 12 de junio

Cuidemos de nuestro hermano

 

Invocación al Espíritu Santo

 

A la escucha

 

De los Hechos de los Apóstoles

El Ángel del Señor habló a Felipe diciendo: «Levántate y marcha hacia mediodía por el camino que baja de Jerusalén a Gaza. Es desierto». Se levanto y partió. Y he aquí que un etíope eunuco, alto funcionario de Candace, reina de los etíopes, que estaba a cargo de todos sus tesoros, y había venido a adorar en Jerusalén, regresaba sentado en su carro, leyendo al profeta Isaías. El Espíritu dijo a Felipe: «Acércate y ponte junto a ese carro». Felipe corrió hasta él y le oyó leer al profeta Isaías, y le dijo: «¿Entiendes lo que vas leyendo?» El le contesto: «¿Cómo lo puedo entender si nadie me hace de guía?» Y rogó a Felipe que subiese y se sentase con él.

(8,26-31)

 

De la predicación del Beato Santiago Alberione

[...] Pero antes de querer guiar a los otros, debemos entender y conocernos a nosotros mismos. Conocerse a si mismo es el apogeo de la sabiduría. Debemos ser humanos, conquistar buena educación y buen trato.

Guiar a los otros es el arte de las artes «ars artium regimen animarum». Cuando van a la huerta ustedes toman a los conejos por las orejas, a las gallinas por las alas. En la pastoral es necesario agarrar a cada uno como se puede.

Hay dificultades en el guiar a las almas y hay solo un Maestro divino que puede enseñarnos. San Pedro es un tipo sanguíneo; San Pablo es el tipo nervioso. Decidía con calma, pero resistía hasta el final. Es necesario tener mucha paciencia con las almas. Sin paciencia no se hace nada. Las bendiga Jesús Buen Pastor y su Madre Santísima. Se necesita un Instituto especial para el gobierno de las almas.

(PrP IV 1949, pp.22-23)

 

De la Palabra de los Padres de la Iglesia

Ningún arte se asume para ser enseñado, si antes no se ha aprendido, con atenta reflexión. Puesto que la dirección de almas es el arte de las artes, ¡qué grande es la temeridad de los que reciben el magisterio pastoral carentes de sabiduría! Pues, ¿quién no sabe, que las heridas del alma están más ocultas que las de la carne? Los que no conocen la fuerza curativa de los medicamentos se avergüenzan de ser tenidos por médicos del cuerpo, en cambio, los que no han conocido en absoluto las leyes del espíritu, no temen hacer de médicos del alma.

(Gregorio Magno, Regla pastoral, 1)

 

 

Oremos juntas: Consagración de sí mismo a María

Recíbeme, Madre, Maestra y Reina María,

entre los que amas, nutres, santificas y guías

en la escuela de Jesucristo, divino Maestro.

En la mente de Dios tu ves a los hijos que Él llama

y para ellos tienes oración, gracia, luz auxilios especiales.

Mi Maestro, Jesucristo, se entrego totalmente a ti,

desde la Encarnación hasta la Ascensión,

y esto es para mi enseñanza, ejemplo y don inefable,

por lo que también yo me pongo plenamente en tus manos.

Obtenme la gracia de conocer, imitar y amar cada vez más

al Divino Maestro, Camino, Verdad y Vida;

preséntame tu a Jesús; soy un pecador indigno

que para ser admitido a su escuela

no tiene más títulos que tu recomendación.

Ilumina mi mente, fortifica mi voluntad,

santifica mi corazón durante este año de mi trabajo espiritual,

para que pueda aprovechar tanta misericordia y al fin pueda exclamar:

“No soy yo quien vivo, sino Cristo quien vive en mi”.

 
 

Viernes 11 de junio

El don del ministerio sacerdotal

 

Invocación al Espíritu Santo

 

A la escucha

 

De la Primera Carta de San Pedro

A los ancianos que están entre vosotros, les exhorto yo, anciano como ellos, testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe de la gloria que está para manifestarse. Apacentad la grey de Dios que os está encomendada, vigilando, no forzados, sino voluntariamente, según Dios; no por mezquino afán de ganancia, sino de corazón; no tiranizando a los que os ha tocado cuidar, sino siendo modelos de la grey. Y cuando aparezca el Supremo Pastor recibiréis la corona de gloria que no se marchita.

(5, 1-4)

 

De la predicación del Beato Santiago Alberione

[…] El fin de los cuidados pastorales es el bien de las almas. Asociadas a la misma intención, colaborando, sufriendo y gozando con Jesús y María por la redención del mundo: párroco y Pastorcitas. ¡Cuánta unidad y separación, cuánta distinción  y unión! ¡Gracia especial de vuestra vocación; caminar bien! [ ] Nosotros estamos para dar a Dios, de otro modo, ¿de qué nos sirve vivir? Al ministro de Dios y a la Pastorcita le interesan las almas, todo lo demás es accesorio y un medio. Los Sacramentos, porque esto es fundamental. Todos van caminando, llevando al diablo: ¡lleven a Dios!

(PrP III, 219)

 

 

De los pensamientos de San Juan Maria Vianney (Santo Cura de Ars)

¡El sacerdocio es algo verdaderamente grande! El sacerdote solo será entendido en el cielo... Si se llegara a entenderlo en la tierra, moriríamos, no de miedo sino de amor. El sacerdote, de hecho, no es sacerdote, para si mismo, ni puede administrar sacramentos por si mismo. Él, no viene para si, sino para ustedes. El sacerdocio es amor del corazón de Jesús. Cuando vean un sacerdote piensen en Nuestro Señor.

El medio más seguro para encender el fuego del amor de nuestro Señor en el corazón de los fieles, es el de explicarles a ellos el Evangelio, el libro del amor donde nuestro Salvador se muestra en cada línea,  con su amabilidad, su dulzura, su paciencia, su humildad, hablando al ser humano únicamente del amor y empeñándolo a donarse por completo a él, respondiéndole únicamente a través del amor.

 

 

Oremos juntas: Ofertorio Pastoral

Señor, te ofrecemos, en unión

con toda la Iglesia, a Jesús Eucaristía

y a nosotras como ofrenda permanente:

Para contrarrestar todas las ofensas,

abandonos y contradicciones

a Jesús Buen Pastor, en la persona del Papa,

de los Obispos y de los sacerdotes.

Para invocar tu compasión hacia las ovejas

que han abandonado el verdadero redil

y que van errantes como rebaño sin pastor.

Por la conversión de tantos pastores,

“guías ciegos de ciegos”, que, privados del amor,

alejan a los hombres de Jesús Buen Pastor,

que da la vida por sus ovejas.

Para amar y seguir solo a Jesús,

Camino, Verdad y Vida de los hombres,

a quienes alimenta con el don de si mismo.

Para que seamos cooperadoras generosas

de nuestros pastores

en su misión de iluminar,

asistir, orar por la salvación de los hombres.

Para que des a tu Iglesia

Pastores buenos, religiosos y misioneros

que, viviendo una intensa vida

Eucarística y mariana,

obtengan luz y fuerza para su ministerio.

Para suplicarte que todos los pastores

y sus cooperadores estén llenos de ti,

de tu sabiduría y trabajen con entusiasmo

por tu gloria y la salvación de todos.

Para que crezca el número de los llamados

y su misión sea eficaz, con su oración

y ejemplo, y así se realice tu deseo:

que haya “un solo rebaño bajo un solo Pastor”

Para que nosotras seamos conscientes

de nuestros limites y debilidades,

y nos acerquemos

confiada y humildemente a ti,

para pedirte luz, amor y misericordia.

 
 

Jueves 10 de junio

Ir juntas a la “fuente”

 

Invocación al Espíritu Santo

 

A la escucha

 

De la Primera Carta de San Pablo a los Corintios

¿Qué es, pues, Apolo? ¿Qué es Pablo? ¡Servidores, por medio de los cuales habéis creído! Y cada uno según lo que el Señor le dio. Yo planté, Apolo regó; mas fue Dios quien dio el crecimiento. De modo que ni el planta es algo, ni el que riega, sino Dios que hace crecer. Y el que planta y el que riega son una misma cosa; si bien cada cual recibirá el salario según su propio trabajo, ya que somos colaboradores de Dios y vosotros, campo de Dios, edificación de Dios. Conforme a la gracia de Dios que me fue dada, yo como buen arquitecto, puse el cimiento y otro construye encima. ¡Mire cada cual como construye! Pues nadie puede poner otro cimiento que el ya puesto, Jesucristo.

(3,5-11)

 

De la predicación del Beato Santiago Alberione

Debe ser común la forma de realizar el apostolado. Es verdad que cada una puede estar en una parroquia o en otra, pero el espíritu es igual, y después se actúa, según el propio trabajo parroquial. Es entonces vida común, aunque una viva al norte y otra al sur, una este en Trentino y otra en Sicilia, o que una este en Italia y la otra en Brasil. Pensar igual. Vean si en verdad, están tan unidas a la Congregación que tienen todo el pensamiento, toda la dirección, todo el modo de hacer, todo el apostolado en común, de espíritu y de obras que ya fueron dichas, que se enseñan y que las otras hermanas que se encuentran en otras parroquias ya realizan. (...) Crecer en sabiduría y crecer en gracia, amando la vida común.

(AAP 1960, 18-20)

 

De la Palabra de los Padres de la Iglesia

El Señor, queriendo definir el oficio particular de los siervos que él propuso a su pueblo, dice: «¿Quién es pues, el administrador fiel y prudente a quien el Señor pondrá al frente de su servidumbre para darles a su tiempo su ración conveniente» Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así [ ]. Somos por lo tanto siervos del padre de familia, somos administradores del Señor, hemos recibido la ración de alimento que debemos darles. Si después preguntamos cuál es la ración de alimento, nos no lo hace notar el bienaventurado apóstol Pablo cuando dice: «Cada uno según la medida de fe que Dios le ha dado» Aquella que Cristo llama ración de alimento, Pablo llama medida de fe, para que comprendamos que el alimento espiritual no es otro que el venerable sacramento de la fe cristiana. Nosotros damos  en el nombre del Señor esta ración de alimento cada vez que, iluminados por el don de la gracia espiritual, les hablamos según los dictámenes de la verdadera fe; y ustedes reciben la misma porción de alimento de las manos de los administradores del Señor, cuando cada día escuchan la palabra de la verdad de los ministros de Dios.

(Fulgenzio de Ruspe, Discurso 1,2-3)

 

 

Oremos juntas (Coronita a Jesús Buen Pastor)

Danos tu corazón,

oh Jesús Buen Pastor semejante al tuyo,

que has traído del cielo el fuego de tu caridad.

Arda en nosotros el deseo de la gloria de Dios

y un intenso amor a los hermanos.

Haznos partícipes de tu apostolado.

Vive en nosotros para que podamos irradiarte

en la Palabra, en el  sufrimiento, en la acción pastoral

y en el ejemplo de una vida santa.

Nos ofrecemos a ti como ovejas dóciles y fieles

para ser dignas de cooperar en la misión pastoral de la Iglesia.

Prepara las mentes y los corazones de todos

para que recibamos tu gracia.

Ven, Pastor divino, guíanos,

y que haya pronto un solo rebaño bajo un solo Pastor.

 

Oh Jesús Buen Pastor Camino, Verdad y Vida, ten piedad de nosotros.